Sandra Matheu explica la razón por la cual una frase como “¡Hoy será un buen día!” puede marcar la diferencia: “Los procesos semánticos y las autoafirmaciones afectan la conducta humana, pues todas las personas siempre se hablan a sí mismas, y lo que se dicen, el tono y la forma en que lo dicen, afecta sus emociones”.
Añade que al expresar una frase como la citada “se está haciendo una programación neurolingüística que involucra todo el ser, cuerpo, alma, mente y espíritu en una declaratoria afirmativa; por lo tanto, ya hubo un proceso, un pensamiento y un nuevo esquema mental que a su vez promueve una actitud proactiva”.
También es vital destacar la importancia del hoy. “Automáticamente se valora el aquí y el ahora, e implícitamente se deja ir el pasado y se acepta la certeza de un futuro mejor. Vivir bajo la premisa del “hoy” hace que los niveles de angustia anticipatoria del mañana disminuyan; es decir, el miedo paralizante e irracional de creer que la situación actual o del pasado pueda ser una constante en la vida de cualquier persona”, agrega Matheu.
En pocas palabras, hay que estar armonizados: poner en balance pensamientos, acciones y emociones, explica la doctora Leticia Rodríguez, experta en medicina biológica, de la Clínica Hunab-Ku.
Autoevaluarse, encontrarle sentido a la vida y tener fe en lo que se hace son elementos indispensables para estar sintonizado y captar la energía que motiva a efectuar con dinamismo las tareas cotidianas, añade Rodríguez.
La desintoxicación del cuerpo con baños de vapor, ingerir alimentos frescos y saludables, escuchar música instrumental y acudir a una revisión médica y odontológica para tratar a tiempo cualquier dolencia, también son importantes para conseguir un equilibrio físico y emocional que permita disfrutar el hoy.
Más sugerencias
Violeta Lara considera que para algunas personas puede resultar práctico anotar esta u otra frase positiva en tarjetas, en una pizarra o un cartelón. Lo trascendental es que la convicción viene de nuestro interior, por lo que, si se cree con el corazón y con el cerebro, se elegirá la actitud correcta para disfrutar de una vida hermosa”.
Sin palabras también es posible autoprogramarse para ser feliz. “Sonreír; no tomarse la vida tan en serio, sino verla con optimismo, a pesar de tener algunas veces una nube negra sobre la cabeza; confiar en que llegará el momento en que pasará la adversidad y se podrá ver el sol brillar; servir a los demás con ética y profesionalidad, prestar servicio social sin esperar nada a cambio; admirar la belleza de la naturaleza, la caída del sol, la risa de un niño, entre otras actividades, son formas de aprender a construir un buen día, asegura Lara.
¡Siempre alerta!
Disfrutar con equilibrio el aquí y ahora debe ser la meta. De nuevo, la palabra tiene poder, y el pensamiento se manifiesta a través de esta y las acciones. Así que un propósito diario es albergar positivismo para expresarse con propiedad y nutrir las relaciones interpersonales.
Para cerrar bien el día, el agradecimiento es una actitud que permitirá descansar a gusto y tener la esperanza suficiente para comenzar otro.
“Agradecer a Dios, a la vida, a la naturaleza, por poder existir y poder amar es un paso fundamental”, enfatiza Matheu.
Fuente: http://www.prensalibre.com

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